El concepto de prospectiva refiere a la construcción de una visión de futuro compartida, dinámica y a largo plazo, que permite identificar las decisiones estratégicas necesarias para traducir la visión en acción institucional, mediante planes, programas y proyectos.
Este enfoque cumple un rol primordial porque enriquece las políticas públicas para el desarrollo al dar profundidad e integralidad al análisis de las transformaciones de la sociedad. Asimismo, el concepto resulta una herramienta idónea posibilitando (en este caso) a las instituciones públicas visualizar y construir escenarios futuros para adelantarse a cambios tecnológicos y sociales.
Para desarrollar una mirada prospectiva que permita vislumbrar un escenario a futuro en materia de gestión de residuos sólidos urbanos en la región, resulta conveniente analizar las consecuencias que traería aparejada la instalación de la tecnología de valorización térmica de los RSU, que se procura instalar.[1]
Los gobiernos de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma están analizando desarrollar una estrategia para la gestión de residuos que incluye la incineración como forma de tratamiento para las más de 15.000 toneladas de residuos diarios que se generan en el Área Metropolitana de Buenos Aires. La propuesta prevé que, la CABA y los partidos bonaerenses se dividirán en 4 corredores o regiones: Norte, CABA Norte, Acumar (en la cuenca Matanza Riachuelo) y Sur. “Las plantas se instalarían en predios ya impactados, predios ofrecidos por intendentes en años anteriores o en lugares cercanos a donde hay algún tipo de disposición final, según surge de la información periodística citada.
Entre los argumentos a favor que esgrime el plan oficial se encuentra la disminución de pasivos ambientales (ya que los rellenos sanitarios cerrados implican 30 años de mantenimiento post cierre y costos derivados) y la disponibilidad de energía.
En tal sentido, para que el proyecto resulte viable sería necesario reformar la ley 27191 de energías renovables a nivel nacional para incorporar esta tecnología, conocida como Waste to Energy y modificar la ley 1854 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Ley de Basura Cero, ya que la norma prohíbe la incineración hasta tanto no se recupere el 75% de los RSU.
Si bien la valorización térmica es una tecnología fuertemente utilizada en Europa y algunas ciudades de EEUU por citar algunos ejemplos, es dable destacar que la eficiencia de la misma está directamente vinculada con la composición de los RSU. En Europa los residuos tienen una previa clasificación por la cual son separados los orgánicos y los reciclables y solo van a incineración la porción de rechazo que no puede ser valorizada de otra forma. En los países emergentes generalmente los niveles de recuperación y reciclado son muy bajos y la composición de los residuos que va a disposición final es la resultante de una mezcla de residuos con alto contenido orgánico.
Como se mencionó anteriormente un aspecto a tener en cuenta es que el grado de avance en materia de compostaje y recuperación de materiales se define como en estado embrionario y, de materializarse esta iniciativa, abortaría cualquier programa de recuperación; ya que para generar energía se necesitan materiales con alto poder calorífico que se encuentran precisamente en el mercado de reciclaje, que genera una cantidad considerable de puestos de trabajo[2].
De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU (EPA)[3], el reciclado y la manufactura generan 36 puestos de trabajo cada 10.000 toneladas, 6 empleos para la operación de rellenos sanitarios, y tan solo 1 (un) empleo para la incineración.
Otro aspecto a tener en cuenta son los costos que este nuevo sistema demandaría y quien absorbería este incremento. Aunque esta tecnología estuviera pensada para generar energía eléctrica, debe considerarse que la electricidad generada por la termovalorización de RSU es más costosa que la generada por otras fuentes como carbón, hidráulica e incluso nuclear[4].
Como es sabido, para los municipios la gestión de los residuos sólidos urbanos es uno de los ítems más costosos en su presupuesto actual y difícilmente podrían sostener un incremento.
Informe completo
[1] Nota INFOBAE, de Laura Rocha. 21 de octubre de 2017.
[2] De acuerdo con datos del sector, en la Argentina 200.000 personas trabajan en la recolección, clasificación y procesamiento de materiales para reciclaje, sólo en el sector de la economía popular. A ello se suman quienes trabajan en industrias y otros circuitos de reciclado.
[3] EPA, 2009.
[4] INTI. Propuesta para el Desarrollo Local para Valorización Energética de RSU. 2010.
[1]Según datos oficiales obtenidos de su sitio web.